El baño
Ponte la ropa apropiada y prepara el lugar
Incluso el perro más dócil puede forcejear y moverse durante el baño, de modo que ponte algo para evitar mojarte. El mejor lugar para bañar un perro es en un cuarto de baño donde no haga frío, no expuesto a corrientes de aire y con la puerta cerrada, esto evitará que el perro mojado y nervioso escape y corra por la casa. Además deberemos dejarlo lo más despejado posible para poder maniobrar sin dificultad. Asimismo, debemos tenerlo todo previsto y a mano antes de meter al perro en la bañera, en cuyo interior colocaremos una toalla o alfombrilla gruesa para que no se resbale. También deben estar preparados su champú específico, y al menos 2 toallas si el perro es de tamaño grande (la primera es la que recoge la mayor cantidad de agua y se empapa en seguida, y la segunda recoge la mayor cantidad de humedad antes de pasar al secador). Otros productos opcionales que puedes utilizar son: el cepillo, champú antiparasitario, suavizante para desenredar el pelaje, aceite mineral para los ojos y algodón para las orejas para que no les entre agua, un arnés o bozal si se cree necesario... Así no tendrás que dejar al perro solo en el cuarto de baño.
Prepara al perro
Antes de empezar el baño, el pelaje del perro debe estar perfectamente desenredado y libre de pelo muerto. Dale la oportunidad de que se tranquilice peinándole un rato. Corta también las uñas para evitar que te rasguñe accidentalmente. Si el animal es particularmente nervioso considera ponerle un bozal y/o pedirle a un compañero que te ayude. Puedes aplicar una gota de aceite mineral en cada ojo del perro y algodón en cada una de sus orejas para evitar que el agua y el jabón penetren. ¡Asegúrate de retirar el algodón después de bañarlo! Levanta al perro con calma y firmeza y ponlo en la bañera.
Enjabona, enjuaga y repite
Usa una manguera de chorro suave que pueda ser manipulada con una mano. Verifica la temperatura del agua antes de mojar al perro, debe estar templada tirando a calentita. Luego trata de que el perro se acostumbre a la temperatura rociando un poco de agua en sus pies y sube hasta su lomo y hombros. Después de que el perro se relaje, empieza mojándole la cabeza y luego muévete gradualmente hacia la parte trasera. Esto evitará que las pulgas se muevan hacia la parte superior del cuerpo y que se junten en la cabeza o la cara del animal.
Enjabona al animal con un champú suave formulado especialmente para perros. El ingrediente activo debe ser clorhexidina el cual es un antiséptico suave. Si quieres usar un insecticida, utiliza un champú con una base suave de pyrethrin y asegúrate de seguir las instrucciones de seguridad que vienen en el envase. Los champús a base de avena son recomendable para perros con picazón.
Para limpiarle la cara inclina su cabeza hacia arriba y hacia atrás para evitar que entre agua en los ojos, aplicando la cantidad justa de champú para que no haga espuma excesiva y se pueda enjuagar rápidamente.
Los profesionales suelen tener un recipiente con la cantidad de champú que van a usar diluida en un poco de agua templada, y esa mezcla es la que van repartiendo por todo el cuerpo del animal (esto facilita que el producto penetre bien y se reparta hacia todas las partes del pelaje). A veces son necesarios 2 enjabonados, depende de lo sucio que esté el animal.
Si es necesario, dependiendo del tipo de pelo, tras eliminar el champú se le aplica el suavizante o acondicionador, que deberá ser igualmente aclarado con agua.
Enjabona al animal con un champú suave formulado especialmente para perros. El ingrediente activo debe ser clorhexidina el cual es un antiséptico suave. Si quieres usar un insecticida, utiliza un champú con una base suave de pyrethrin y asegúrate de seguir las instrucciones de seguridad que vienen en el envase. Los champús a base de avena son recomendable para perros con picazón.
Para limpiarle la cara inclina su cabeza hacia arriba y hacia atrás para evitar que entre agua en los ojos, aplicando la cantidad justa de champú para que no haga espuma excesiva y se pueda enjuagar rápidamente.
Los profesionales suelen tener un recipiente con la cantidad de champú que van a usar diluida en un poco de agua templada, y esa mezcla es la que van repartiendo por todo el cuerpo del animal (esto facilita que el producto penetre bien y se reparta hacia todas las partes del pelaje). A veces son necesarios 2 enjabonados, depende de lo sucio que esté el animal.
Si es necesario, dependiendo del tipo de pelo, tras eliminar el champú se le aplica el suavizante o acondicionador, que deberá ser igualmente aclarado con agua.
Secado del pelaje
Tras el enjuagado, que debe ser con abundante agua y de forma concienzuda, llega el momento de las sacudidas de agua que suelen bañar al propietario. Esto, que es prácticamente inevitable, se puede minimizar un poco si escurrimos zonas como el lomo, las patas y la cola, antes de que el animal pueda sacudirse.
Una vez fuera de la bañera, sécalo bien con la toalla. Recuerda que si el animal es grande o con el pelo largo deberás tener preparada una segunda toalla para cuando la primera esté empapada. Insiste en las orejas, sobretodo si son largas y caídas, ya que suele acumularse humedad en ellas. Si el perro tiene una piel con pliegues (tipo sharpei o carlino) hay que poner atención en que estos queden escrupulosamente secos.
Si vas a utilizar un secador para acabar de secar a tu mascota, recuerda que debes estar relajado pero firme. No debes comenzar por la cabeza, y así se lo harás mas llevadero. La boca del secador debe estar a unos 30 cm de la piel del perro para que no se queme. Si se quiere conseguir un acabado más perfecto se puede trabajar "a dos manos": con una se va secando y con la otra se va pasando el cepillo. Si el pelaje es espeso y tupido hay que comprobar con las manos que no queda ningún resto de humedad en ninguna zona, ya que el exterior del pelo se seca pronto pero el interior retiene la humedad por más tiempo.
Una vez fuera de la bañera, sécalo bien con la toalla. Recuerda que si el animal es grande o con el pelo largo deberás tener preparada una segunda toalla para cuando la primera esté empapada. Insiste en las orejas, sobretodo si son largas y caídas, ya que suele acumularse humedad en ellas. Si el perro tiene una piel con pliegues (tipo sharpei o carlino) hay que poner atención en que estos queden escrupulosamente secos.
Si vas a utilizar un secador para acabar de secar a tu mascota, recuerda que debes estar relajado pero firme. No debes comenzar por la cabeza, y así se lo harás mas llevadero. La boca del secador debe estar a unos 30 cm de la piel del perro para que no se queme. Si se quiere conseguir un acabado más perfecto se puede trabajar "a dos manos": con una se va secando y con la otra se va pasando el cepillo. Si el pelaje es espeso y tupido hay que comprobar con las manos que no queda ningún resto de humedad en ninguna zona, ya que el exterior del pelo se seca pronto pero el interior retiene la humedad por más tiempo.
Bañar a un cachorro
Los cachorros tienen necesidades especiales de baño. Una vez que el veterinario confirme que el cachorrito puede recibir su primer baño, hay que centrarse en que resulte una experiencia de lo más agradable y positiva para él, así en el futuro se dejará bañar sin problemas. Se procederá de la misma manera que con un perro adulto, aunque utilizando siempre productos para cachorros. Además es esencial que quede completamente seco, ya que su sistema inmunitario todavía es frágil y el frío o la humedad no le convienen.