PIOMETRA (INFECCIÓN
EN LA MATRIZ)
Enfermedad infecciosa producida por bacterias y caracterizada por la presencia de pus dentro de la cavidad del útero o matriz. Afecta a perras y gatas de mediana o avanzada edad, aunque con menor frecuencia puede afectar animales más jóvenes. Esta enfermedad está estrechamente ligada al ciclo sexual, ya que se suele presentar a las 1-8 semanas después de haber tenido el celo.
Causas
Puede estar debida a desarreglos hormonales que afectan a la estructura normal del útero, que pueden estar producidos por ejemplo por quistes ováricos o por tratamientos hormonales para inhibir el celo o para provocar abortos, así como a infecciones ascendentes del tracto urinario. El hecho de haber estado gestante no parece estar relacionado con la predisposición a sufrir una piómetra, y está demostrado que no está relacionada con las pseudogestaciones.
Síntomas
Suele afectar a perras de mediana edad (5-7 años), y se dividen en piómetras abiertas, en las que el cuello del útero está abierto y el pus (que suele ser de color achocolatado) fluye a través de la vulva, haciéndolo visible, y en piómetras cerradas, en las que el pus no tiene salida, y los síntomas son más inespecíficos y dependen del momento en que se diagnostique. Se suele producir fiebre pasajera, abatimiento, pérdida de apetito, polidipsia (beben gran cantidad de agua) y en consecuencia poliuria (orinan mucho), vómitos y dolor abdominal. El veterinario puede notar un aumento del diámetro del útero con una palpación delicada en las piómetras cerradas.
Diagnóstico
En función de los síntomas el veterinario encaminará su diagnóstico. Pero también será necesario realizar radiografías, que a veces no son suficientes, por lo que se realizará después una ecografía. El análisis de sangre indicará si existen otros órganos afectados, ya que el útero es un órgano en principio aislado, los encargados de depurar el pus que pasa a la sangre son los riñones y el hígado, que también se pueden ver afectados.
Pronóstico
Depende mucho de la cantidad y gravedad de afectación de otros órganos, así como de la edad y del estado general de la perra. Siempre será mejor el pronóstico en una piómetra abierta, dado que en una piómetra cerrada existe riesgo de que el útero, al seguir llenándose de pus, se rompa y se llene la cavidad abdominal de pus, con la consiguiente producción de peritonitis y riesgo de muerte de la perra.
Tratamiento
- Recuperar o evitar la presencia del shock en la perra. En esta fase la infusión masiva de fluidos en la circulación sanguínea es fundamental. También hay que controlar la funcionalidad renal e iniciar un tratamiento con antibióticos de amplio espectro.
- Una vez que la perra está estabilizada hay que entrar al quirófano para realizar una ovariohisterectomía (extirpar los ovarios y el útero).
- En las perras que estén estables y que presenten una piómetra "abierta", se puede aplicar un tratamiento médico con antibióticos y prostaglandinas (hormonas que aumentan las contracciones uterinas). Con este tratamiento se intentaría mantener la capacidad reproductora de la perra, sin embargo, debido a la gravedad de la enfermedad y a la particular anatomía del útero de las perras, los resultados son menos satisfactorios.
Prevención
La mejor forma de prevenir una piómetra es realizando una ovariohisterectomía (castración) de la perra cuando es joven, alrededor del año de edad. Con ello se eliminan el útero y los ovarios y también las hormonas, con lo que no se producirán infecciones ni más celos (que además es la mejor forma que existe de controlar la natalidad indeseada, y que no tienen ningún efecto secundario. Si se ha realizado un tratamiento médico para curar la piómetra el veterinario nos aconsejará sobre la conveniencia de cruzar a la perra en el siguiente celo para restaurar la normalidad hormonal en el útero. También se debe poner la menor cantidad posible de tratamientos hormonales, ya sean para inhibir el celo como abortivos.