PODENCO IBICENCO
|
Aspecto: Perro de tamaño grande, y cuerpo delgado, con los sentidos de la vista y la audición muy desarrollados. Una de las características más notorias son sus grandes orejas erectas, de forma triangular y de gran movilidad. Los colores permitidos son el blanco, el castaño y el rojo leonado. existen tres variedades: de pelo largo, de pelo liso, y de pelo duro; no obstante algunos consideran sólo dos tipos de capas: dura y lisa.
|
Carácter: Es un perro de tipo sabueso, fiel y apacible. Es un buen perro de compañía, no obstante es bastante independiente y también podría considerarse solitario. No es una raza recomendable para familias con niños pequeños o con perros de poco tamaño. Si bien este perro tiene gran afecto por sus amos, no siempre se muestra muy cariñoso; en ocasiones prefiere pasar tiempo a solas. Su entrenamiento necesita de mucha paciencia, firmeza, y cariño; y debe ser socializado desde cachorro.
Necesidades: Mientras que el aseo del Podenco Ibicenco es muy fácil de mantener, debe prestarse atención a que realice el ejercicio diario suficiente. Siendo como es un perro especialista en la caza, debemos de tener en cuenta que necesita amplias dosis de ejercicio en terreno abierto, dejándole que experimente con rastros y olores nuevos. Es astuto y hábil a la hora de escaparse de un salto, algo que debemos de tener en cuenta si pensamos dejarle en un recinto vallado o similar.
Origen: Ibiza.
Historia: Esta raza es originaria de las islas de Mallorca, Ibiza, Menorca y Formentera. En ellas es conocido con el nombre de origen "Ca Eivissec"; abunda bastante en Cataluña, Valencia, Rosellón, y Provenza, siendo conocido en estas regiones con los nombres de Mallorquín, Xarnelo, Mayorquais, Charnegue, Charnegui, y chien de Baleares. Posiblemente fueron llevados a estas islas por los Fenicios, los Cartagineses y, posiblemente, por los Romanos, es pues, un tipo de perro primitivo y rústico, siendo una de las razas más antiguas que existen y pueden verse en las tumbas de los faraones y museos cuyos primeros indicios se remontan al 3.400 A.C.