Tirar de la correa
Todos hemos visto alguna vez a un esforzado amo arrastrado por su perro. La verdad es que este tipo de problema, que no es grave, puede hacer realmente incómodos los paseos y repercutir de manera considerable en la calidad de vida del perro y su dueño. Algunos perros se condenan a permanecer casi de por vida en la casa o el jardín porque su dueño no es capaz de dar un paseo cómodamente. Pero además, hay una alta correlación entre este problema y otros como agresividad o conductas inestables. Cuando un perro llega tirando de la correa hasta otro perro, la probabilidad de que a la mínima se organice una pelea es mucho mayor que si un perro llega hasta otro sin tirar y de manera relajada. |
Causas
Una vez más las causas pueden ser múltiples. La verdad es que el perro no es un animal que se caracterice por su paciencia. Normalmente, cuando un estímulo les atrae tratan de llegar hasta él lo más rápido posible. Naturalmente si llevan una correa enseguida se tensará y al sentir una fuerza que actúa en contra de su deseo, tratarán de tirar con más vigor para alcanzar su meta. Si alcanzan la meta con esta "estrategia" la conducta se ve reforzada y estaremos poniendo las bases para que el perro tire cada vez con más ahínco.
Nunca debemos olvidar que la valoración que hace el perro sobre las cosas no tiene un sentido moral de bueno o malo. Para un perro tirar no es bueno ni malo y tampoco se percata de si su dueño va cómodo o incómodo, simplemente, con demasiada facilidad llega a la conclusión de que tirar es la manera adecuada para alcanzar sus metas.
De esta situación muy usual que acabamos de plantear se deduce un método muy claro y sencillo que funciona muy bien con los cachorros y que puede resultar más complicado de aplicar con los adultos. Consiste en no dejar que el perro consiga sus metas tirando de la correa. Normalmente el cachorro en sus primeras salidas no tira de la correa porque todavía no tiene la suficiente confianza e iniciativa, pero a las pocas semanas y cuando empieza a familiarizarse con los lugares, comienzan a tirar. En este punto es en el que nos tenemos que poner firmes y no dar ni un paso en estas condiciones. Incluso, puedes darte la vuelta en dirección contraria en cuanto el perro comienza a tirar, de este modo el perro se dará cuenta en pocos días de que tirar no es la estrategia adecuada para alcanzar sus metas.
Además del aprendizaje mencionado, hay bastantes más razones que pueden hacer que un perro tire de la correa: hay perros agresivos que tiran de la correa cuando ven otro perro, hay perros miedosos que vuelven tirando a casa para alcanzar rápido un lugar seguro. Cuando la causa de los tirones es la agresividad o el miedo lo que habrá que tratar es el problema de fondo porque los tirones son solo un síntoma.
Nunca debemos olvidar que la valoración que hace el perro sobre las cosas no tiene un sentido moral de bueno o malo. Para un perro tirar no es bueno ni malo y tampoco se percata de si su dueño va cómodo o incómodo, simplemente, con demasiada facilidad llega a la conclusión de que tirar es la manera adecuada para alcanzar sus metas.
De esta situación muy usual que acabamos de plantear se deduce un método muy claro y sencillo que funciona muy bien con los cachorros y que puede resultar más complicado de aplicar con los adultos. Consiste en no dejar que el perro consiga sus metas tirando de la correa. Normalmente el cachorro en sus primeras salidas no tira de la correa porque todavía no tiene la suficiente confianza e iniciativa, pero a las pocas semanas y cuando empieza a familiarizarse con los lugares, comienzan a tirar. En este punto es en el que nos tenemos que poner firmes y no dar ni un paso en estas condiciones. Incluso, puedes darte la vuelta en dirección contraria en cuanto el perro comienza a tirar, de este modo el perro se dará cuenta en pocos días de que tirar no es la estrategia adecuada para alcanzar sus metas.
Además del aprendizaje mencionado, hay bastantes más razones que pueden hacer que un perro tire de la correa: hay perros agresivos que tiran de la correa cuando ven otro perro, hay perros miedosos que vuelven tirando a casa para alcanzar rápido un lugar seguro. Cuando la causa de los tirones es la agresividad o el miedo lo que habrá que tratar es el problema de fondo porque los tirones son solo un síntoma.
Materiales
- La correa: preferiblemente larga (de tres metros) o extensible. Las correas cortas obligan al perro a caminar todo el tiempo muy cerca de nosotros y esto no es natural para ellos, se sentirán más cómodos si tienen cierta libertad y nos adaptamos a su ritmo de olfateos y detenciones. Esto no saca que, en situaciones concretas, le pidamos al perro que camine junto a nosotros, esto hay que enseñárselo por separado.
- Collar mejor que arnés si el perro tira.
- Nunca collar de ahogo, salvo en casos muy concretos y con una técnica muy definida. Esto debe valorarlo un profesional. Lo mismo con el collar de pinchos, suelen ser medidas de matar moscas a cañonazos y además, muy poco efectivas.
- Elementos anti-tirones (Halty, Easy Walk…..). Existen diferentes sistemas. Tratan de incomodar el que el perro tire sin utilizar estímulos tan negativos como el ahogo o el collar de pinchos. En algunos casos funcionan pero en otros no. Dependerá de la razón por la que el perro tira. Es recomendable para perros muy fuertes o dueños muy flojos.